En los últimos meses del año podría ralentizarse la economía, según prevén distintos analistas.

Para justificar este panorama concluyen diferentes factores, entre los que figuran el impacto de la inflación en el consumo, las restricciones para importar insumos, la incertidumbre macroeconómica y un ajuste en la política monetaria.

En ese sentido, desde la Fundación Libertad y Progreso advirtieron que, de cara al último trimestre, “hay varias razones que hacen prever un enfriamiento de la actividad económica”, según declaró a la prensa el economista jefe de esa entidad, Eugenio Marí.

“En el plano doméstico, la sequía está golpeando la producción agroindustrial con dureza, en especial de trigo, que es uno de los tres principales cultivos argentinos”, remarcó el especialista

Asimismo, expuso: “La aceleración de la inflación, que ya se mueve cómodamente a ritmo anualizado de más de 100 por ciento, profundizó el deterioro del poder adquisitivo de los salarios y, en consecuencia, del consumo”, entre otras advertencias.

Por su parte, el director de EPyCA, Martín Kalos, coincidió con la proyección: “En lo que queda del año se espera un parate importante en la actividad económica. Básicamente, de la mano de las restricciones a las importaciones, que le ponen un límite a la capacidad de adquirir en el exterior insumos, materias primas, repuestos e incluso maquinaria, que permitiría producir más. Eso pone un límite al nivel de actividad y, por tanto, se vería un estancamiento”.